TENGO FRÍO, TENGO SUEÑO, TENGO HAMBRE, ESTOY IRRITADO.

Era una mañana de invierno, la cama estaba calentita, las paredes heladas, no se podía ver hacia la calle debido a que la neblina había empañado los vidrios, no habían ganas de levantarse, pero dejar que un día así te la gane durante tantos días no era bueno, ni sería bueno para nadie, la lucha entre mente, cuerpo, clima, sueño, era, aunque no lo crean; tremenda, pero se decidió por ganarle al día que parecía de -10, aunque solo era de 8. El piso estaba aún más congelado que las paredes, los pasillos oscuros, pero el día no iba a ganar, no podía, ni debía hacerlo. La ducha estaba hermosa, pero no podía durar para siempre, el deber llamaba, que lata.

Hacía aún más frío que en un principio, totalmente insoportable. Ya en la calle la caminata fue rápida hacia el metro y se sentía dolor hasta en los ojos por el frío que ya era inaguantable, pero se llegó rápido al metro y se sentía el alivio, hasta que se ve la cantidad inhumana y exorbitante de gente que esperaba el metro, que venía aun con más gente que la que lo esperaba, todo era terrible, el viaje fue largo, apretado, caluroso, gente pesada, aarrghh!!! casi ni se soportaba.

Ya en la u (atrasado obviamente), los compañeros te dicen '' justo vienes y el profe no ha hecho nada y esta leyendo el diario '' y ya habian pasado 40 minutos de clases y nada, que pérdida total del tiempo en verdad. Cuando ya salía de clases, a la casa directo obviamente, hacía demasiado frío y nada que hacer en verdad, escribí un mensaje absolutamente resumido de este día, dándote a conocer con ese simple detalle cuanta falta me hacías.